Lo mejor de la vida es aquello que no nos esperamos.
Como aquel me encantas que me soltaste sin venir a cuento. Sin esperarlo. De sopetón y de improvisto.
Aquella frase que me cambió por dentro.
Y por fuera.
Que me hizo volar contigo encima. Que hizo que el tiempo se parase, y no quisiera que dejaras mi cama. Que me hizo verte de otra forma. De una forma que no te había visto nunca. Más real. Más bello. Con sentimientos. Y con emociones. Menos carnal, aunque igual de pasional. De la forma que quisiera verte siempre. Como uno de esos que no se avergüenza de decir algo bonito. O al menos ya no, lo he visto. Y lo he sentido.
Es real.
Y todo por un simple me encantas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario